Las elecciones celebradas en Italia este 25 de septiembre presentan un nuevo panorama político para Italia. La coalición de Derechas liderada por Giorgia Meloni (a la cabeza del partido Hermanos de Italia – FdI) ha conseguido el 44% de los votos tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado.
La jornada electoral se ha visto afectada por un desplome de la participación, que apenas ha alcanzado el 64%. Esta caída en la participación electoral ha sido especialmente notable en regiones del sur del país, como es el caso de Campania (-15,1%), Calabria (-13,0%) o Cerdeña (-12,6%) entre otras. Esto, unido a un desinterés generalizado por la política entre la ciudadanía italiana, se ve como una de las causas detrás del éxito de Meloni.
Efectivamente, el movimiento ultraderechista ha ido ganando fuerza en las regiones del sur del país. En el caso de Cerdeña, las últimas elecciones regionales celebradas en el 2019 ya presentaron un panorama similar. El candidato apoyado por Mateo Salvini (La liga), Christian Solinas, fue elegido como presidente de la región. Esto trajo un cambio en el poder ejecutivo de la región italiana, donde hasta entonces gobernaba un partido de centroizquierda. Igualmente, dichas elecciones regionales indicaron la grave tendencia descendente en varias zonas del país del Movimiento 5 Estrellas, así como de la izquierda política en general.
El partido de Salvini parece haber perdido fuerza en las generales. Tal y como se ve reflejado en el caso de Cerdeña, Hermanos de Italia ha resultado el partido más votado, con un 23.6%, mientras que la Liga ha alcanzado solo el 6,3%. Sin embargo, el movimiento de derechas (formado por varios partidos de tendencia ultraderechista) se ha visto igualmente reforzado en estas elecciones. El bloque de derechas no conseguía unos resultados tan favorables desde las elecciones de 2008, lo que presenta un notable cambio en el marco político italiano.
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