Joseba Agirreazkuenaga, catedrático de Historia Contemporánea y prologuista de la obra, presentó IMAGO VASCONIAE, el primer atlas histórico cartográfico de Vasconia-Euskal Herria; una obra que se echaba de menos para «el que suele calificarse como el pueblo más antiguo de Europa.
FUENTE: LABORAL Kutxa
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La obra incorpora los 300 mapas que mejor ilustran la evolución histórica de los territorios donde se ha desarrollado la cultura vasca
Agirreazkuenaga ha resaltado la importancia de esta gran “enciclopedia visual” de cartografía histórica, ya que esta obra sigue la senda de otras publicaciones en gran formato que contribuyen a “realzar y prestigiar el acervo cultural colectivo de un pueblo, una comunidad política o una nación”. Asimismo, Agirreazkuenaga ha ensalzado las virtudes de ambos autores: “No estamos ante una obra común sino ante el resultado de una experiencia de dos investigadores que de forma independiente transformaron la pasión por la representación cartográfica de los vascos en conocimiento crítico de la producción de los mapas”.
Por su parte, Ramón Oleaga ha subrayado la pertinencia esta obra, ya que, según sus palabras, “en el ámbito de la cartografía histórica, en nuestro País se habían publicado catálogos que reflejan exposiciones puntuales y obras que presentaban en cierto detalle el devenir de la representación de alguno de los territorios. Sin embargo; se percibía la ausencia de una obra que considerase globalmente a Euskal Herria y la forma en que el conjunto del territorio, a lo largo de la historia, se ha reflejado en la cartografía.”
Jose María Esparza ha explicado que “el país de los cien nombres, como nos bautizó Humboldt, tiene a partir de hoy un solo atlas, que nos ayudará a entender la evolución de la antigua Vasconia a lo largo de la historia.” Y ha concluido la presentación afirmando que la obra es un “trabajo en auzolan, entre autores, LABORAL Kutxa e instituciones vascas, que, sin duda, va a marcar un hito en la bibliografía y cartografía de nuestra tierra”.
El Atlas fue presentado en LABORAL Kutxa.
IMAGO VASCONIAE
En palabras de sus propios autores, los mapas representan el territorio, pero también nos representan a nosotros. Nos dan pistas de cómo nos vieron, pues la práctica totalidad de los ejemplos más antiguos son de cartógrafos ajenos a Euskal Herria, o más recientemente de cómo nos quisimos ver. Cuáles eran y son nuestros intereses. Cómo frente a, por ejemplo, el interés del dieciocho por señalar los edificios religiosos, los atlas del diecinueve y el veinte, ya época de mucha mayor movilidad, ponen el énfasis en las grandes infraestructuras (vías de comunicación, ferrocarriles, etc…), generadoras de riqueza y progreso social.
La obra constituye mucho más que un catálogo o una colección de imágenes. IMAGO VASCONIAE aspira a ofrecer la cartografía que a lo largo de los tiempos ha mostrado el territorio que actualmente conocemos como Euskal Herria–Vasconia, aquél en el que se ha desarrollado la cultura vasca, por lo que en esta publicación los mapas no son material de apoyo a otro discurso o mera ilustración de otros estudios, sino que se constituyen por sí mismos en elemento primario de investigación.
Para la selección de materiales se han vaciado los catálogos de bibliotecas, museos y colecciones, tanto públicas como privadas, miles de ejemplos en los que, en mayor o menor escala, se reflejaba el territorio objeto de estudio. Sobre esta primera aproximación, se practicó una selección más científica que dio como resultado un corpus de poco más de 800 mapas que representan cartográficamente el perímetro geográfico. Finalmente, sobre todos estos mapas se realizó una encuesta que caracterizara su relevancia para el propósito de la obra.
En los ejemplos más antiguos se admitió como suficiente la mera referencia genérica que acreditara la entrada en la historia de este rincón del sudoeste europeo, mientras que en los más recientes vino a exigirse que el artefacto cartográfico se centrara bien en la totalidad del territorio de Euskal Herria-Vasconia bien, de forma específica, en alguna de sus partes, evitando en todo caso la incorporación de mapas de detalle o planos de población.
Como resultado de la encuesta, finalmente se seleccionaron los algo más de 300 ejemplos que en opinión de los autores “caracterizan la representación de nuestro País a lo largo de la historia” y, sobre ellos, se inició una minuciosa labor de investigación.
En su mayoría, los mapas fueron publicados incorporados a una obra mayor, bien un atlas, un libro de viajes, de geografía o de otra índole, a pesar de que hayan llegado hasta nuestros días en hoja suelta. Muchos otros, sobre todo en los más recientes, a partir de finales del siglo XVIII, fueron impresos y comercializados de forma exenta. Toda esta extensa investigación se ha visto reducida a un escueto pie de mapa con mención de autoría, lugar, fecha y un breve comentario que permita una mejor comprensión del mapa en cuestión, pero podrá ser incorporada en ulteriores publicaciones de carácter más técnico.
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El atlas parte del llamado “mapa de Abauntz”, el más antiguo de Europa occidental, grabado en piedra hace más de 13.600 años