Autor: Hugo Fernández de la Pradilla
Georgia es un país soberano ubicado en la costa del Mar Negro, en el límite entre la Europa Oriental y el Asia Occidental. Cuenta con una superficie de 69.700 km² y una población de 3.728.278 habitantes, de los cuáles aproximadamente 1,4 millones viven en la capital, Tiflis. Comparte fronteras con Rusia al norte y noreste, con Turquía y Armenia al sur, y con Azerbaiyán al sudeste.
El país formó parte de la Rusia soviética desde 1922 hasta 1991, siendo una de las 15 repúblicas federales de la Unión Soviética. Se independizó el 9 de abril de 1991, poco antes del colapso de la URSS y sufrió, al igual que muchos países del eje comunista, disturbios civiles y la crisis económica de la década de 1990. Por otra parte, existen dos regiones entre Georgia y Rusia que oficialmente son georgianas, pero que en la práctica son independientes: Abjasia y Osetia del Sur. Ambas regiones se independizaron tras la primera guerra civil de Georgia (1991-1992) con el apoyo de Rusia y poseen identidades sumamente particulares.
En 2003 se produjo la “Revolución de las Rosas”, llamada así porque unos manifestantes liderados por Mijeíl Saakashvili irrumpieron en una sesión del parlamento con rosas en la mano. La Revolución se zanjó con la renuncia del entonces presidente Eduard Shevardnadze, dando fin al liderazgo soviético y a un período marcado por la corrupción. Saakashvili fue elegido presidente en enero de 2004 y se llevaron a cabo reformas democráticas y económicas con la prioridad puesta en la integración europea (UE) y euro-atlántica (OTAN).
Pero el mundo no está hecho de rosas y la historia reciente de Georgia está marcada por un período de guerras casi ininterrumpido. Siendo así que en agosto de 2008 estalló la guerra entre Rusia y Georgia en el territorio de Osetia del Sur. El conflicto se inició cuando las fuerzas armadas georgianas respondieron con fuego a las tropas rusas que habían incursionado en Osetia del Sur. La invasión rusa estaba relacionada con la decisión de la OTAN unos meses antes de una posible incorporación de Georgia y Ucrania a su organización. El conflicto se zanjó con un alto al fuego y la instauración de Osetia del Sur y Abjasia como territorios independientes.
Las elecciones en Georgia: ‘Sueño Georgiano’ y la deriva rusa
Con este trasfondo, el partido Sueño Georgiano ganó las elecciones en 2012 y garantizó la paz con Rusia. Más de una década después esta formación sigue gobernando, y aunque presentaron su solitud de adhesión a la UE en 2022, ese mismo año se produjo una deriva autoritaria y un evidente acercamiento a Rusia.
El ejemplo de ello es la ley de ‘agentes extranjeros’, también llamada ‘ley rusa’, que el gobierno ha aprobado en mayo de este año pese a las fuertes protestas y manifestaciones (unas 50.000 personas en Tiflis). Esta ley especifica que las ONG y los medios independientes que reciban más de un 20% de financión de donantes foráneos, deben registrarse como organizaciones “que defienden los intereses de una potencia extranjera”. Esta ley marcadamente autoritaria podría servir al gobierno para acallar a los opositores del regimen y a las organizaciones críticas con el estatus político.
El pasado 26 de octubre se celebraron elecciones parlamentarias en Georgia no exentas de polémica. El partido Sueño Georgiano renovó su cuarto mandato y obtuvo la mayoría absoluta con el 54,086% de los votos frente al bloque de partidos opositores, que no aceptaron los resultados de las elecciones ya que los consideraban fraudulentos e ilegítimos. La presidenta de Georgia tampoco los reconoció y afirmó que reconocerlas significaba reconocer que Rusia había entrado en Georgia.
Con todo ello, lo esperable es que el proyecto de adhesión a la UE se esfume en el contexto europeo actual y que la deriva de Georgia hacia la influencia rusa se haga más notable en los tiempos venideros.