Vinculada al movimiento de la Ilustración, la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, Euskalerriko Adiskideen Elkartea en lengua vasca (euskera), fundada en 1764, tiene su origen en tertulias celebradas en el palacio de Intsausti, Azkoitia, bajo el impulso del Conde de Peñaflorida, Xavier Mª de Munibe. Junto con un grupo de ilustrados, Peñaflorida elaboró el plan de una sociedad económica o academia de agricultura, ciencias, artes útiles y comercio. Este proyecto se presentó a las Juntas Generales de Gipuzkoa, parlamento del territorio, en 1763 y destacó por el especial interés por el fomento de la economía de su entorno de sus redactores.
Por sus sobresalientes resultados, esta organización fue una de las principales instituciones de investigación y ciencia de su tiempo. Actualmente, su actividad esencial es profundizar en la historia y la cultura del País Vasco, cultivar la lengua vasca, promover el desarrollo económico y divulgar la ciencia y la cultura entre el pueblo vasco. Tiene su sede principal en Azkoitia (Guipúzcoa) y cuenta con delegaciones en Bilbao (capital de Vizcaya), Donostia-San Sebastián (capital de Guipúzcoa), Vitoria-Gasteiz (capital de Araba-Álava), Madrid (capital de España) y Ciudad de México (capital de México).
En las dependencias de esta institución los hermanos Fausto y Juan José D’Elhuyar consiguieron el aislamiento del wolframio (tungsteno), único elemento químico descubierto en España y primer elemento químico en ser aislado en el mundo, sin ser extraído directamente de la naturaleza, ya que no existe en forma libre sin combinar químicamente.
Fausto Fermín D’Elhuyar (1755-1833) y Juan José D’Elhuyar (1754-1796) se encontraban al frente del Laboratorium Chemicum de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. En su investigación, partieron de la wolframita (nombre genérico de un grupo de minerales de wolframio como el wolframato de hierro o ferberita y el wolframato de manganeso o hübnerita). Mediante reducción con carbón, el 28 de septiembre de 1783 obtuvieron el nuevo metal, al que llamaron volfram; conocido en la actualidad como wolframio o tungsteno.
Juan José D’Elhuyar
Fausto Fermin D’Elhuyar
El wolframio es un metal con un gran valor estratégico. La altísima densidad y dureza del wolframio (solo el diamante es más duro que él), así como la temperatura de fusión más elevada de todos los metales (3.410 ºC), lo hacen útil en aleaciones muy resistentes. También se utiliza en tubos de vacío y de rayos X, así como en la evaporación de metales.
Se emplea en bobinas y otros elementos de calefacción de hornos eléctricos que requieren trabajar a altas temperaturas y ser resistentes a la corrosión. Es más, se usa en la industria militar y aeroespacial (motores y cohetes), catálisis química, teléfonos móviles, placas de circuitos, instrumental odontológico y distintos medios de transporte como trenes o aviones. Igualmente, se emplea para fabricar la punta de los bolígrafos, sometida a un gran desgaste, presión y esfuerzo. Asimismo, el wolframio ha sido seleccionado como el material más apropiado para los futuros reactores de fusión nuclear. Por otra parte, el carburo de wolframio se emplea por su dureza como material de corte de todo tipo de metales en tornos, en minería, obras públicas y perforaciones petrolíferas.
Diagrama de capa de electrones del wolframio
Debido a sus múltiples y variados usos, la Unión Europea ha incluido al wolframio en la lista de materias primas críticas; esto es, aquellas con gran importancia económica y, a la vez, elevado riesgo de falta de suministro. La producción europea actual, que es un 2,8% de la producción mundial, está concentrada sobre todo en España, Portugal y Austria.
En la actualidad, el wolframio se obtiene aún por el procedimiento desarrollado por los hermanos D’Elhuyar.
Fuente: bascongada.eus